La elección de la ruta por parte de la mente humana en una red de calles urbanas puede estar influenciada por varias preferencias, entre ellas la topología y el mínimo giro en la geometría de la red.
En cuanto a la topología, la mente humana tiende a preferir rutas que presenten una mayor conectividad y accesibilidad, lo que se traduce en una menor cantidad de giros y cambios de dirección. Por ejemplo, si una ruta presenta una serie de calles perpendiculares que se intersectan, es más probable que la mente humana prefiera seguir una ruta recta que siga estas calles en línea recta en lugar de seguir una ruta que requiera varios giros y cambios de dirección.
Además, la mente humana también puede preferir rutas que minimicen el número de cambios de axial o segmento, lo que se traduce en una menor cantidad de giros y cambios bruscos en la dirección de la ruta. Por ejemplo, si hay dos calles que conectan el punto A y el punto B, pero una de ellas tiene varios giros y cambios de dirección, mientras que la otra es más recta y requiere menos giros, es más probable que la mente humana elija la ruta más recta.
La mente humana tiene una tendencia a preferir rutas en una red de calles urbanas que presenten una mayor conectividad y accesibilidad, con una menor cantidad de giros y cambios de dirección. Además, también puede preferir rutas que minimicen el número de cambios de axial o segmento, lo que se traduce en una menor cantidad de giros y cambios bruscos en la dirección de la ruta.